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¿Qué es el silencio administrativo?

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El silencio administrativo es un mecanismo legal que se activa cuando la Administración pública no responde a una solicitud dentro del plazo legal establecido. En otras palabras, si presentas un escrito o petición ante un organismo público y no recibes respuesta en el tiempo previsto, esa falta de contestación tiene un valor jurídico definido.

Este silencio puede entenderse como una resolución favorable o desfavorable, según el tipo de procedimiento y lo que diga la normativa. Por tanto, no responder también es decidir, aunque parezca lo contrario.

Comprender el silencio administrativo es clave para proteger tus derechos frente a la inacción de la Administración, ya seas un ciudadano particular, una empresa o un profesional.

Definición legal del silencio administrativo

La definición del silencio administrativo está recogida en la Ley 39/2015, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, concretamente en sus artículos 24 y 25. Esta ley establece que, salvo que una norma diga lo contrario, el silencio administrativo equivale a una resolución expresa, y puede tener efectos positivos o negativos.

En términos simples, el silencio administrativo es una ficción jurídica: se presume una respuesta, aunque esta no se haya producido por escrito. Su objetivo es evitar que la falta de respuesta perjudique al ciudadano o deje un expediente bloqueado de forma indefinida.

La ley establece que:

  • Si se trata de una solicitud de un ciudadano o empresa, el silencio será positivo por defecto, salvo que la norma lo prohíba expresamente.
  • Si se trata de un procedimiento iniciado por la Administración (por ejemplo, sanciones), el silencio puede interpretarse como negativo, es decir, como desestimación.

¿En qué situaciones se aplica el silencio administrativo?

El silencio administrativo se aplica en numerosos procedimientos donde la Administración debe responder a una solicitud expresa del interesado. Algunos ejemplos frecuentes incluyen:

  • Solicitudes de licencias, autorizaciones o ayudas públicas
  • Recursos administrativos (por ejemplo, recurso de alzada o reposición)
  • Peticiones de devolución de ingresos indebidos
  • Reconocimiento de derechos (como pensiones, prestaciones o certificados)

No obstante, para que se aplique correctamente, deben cumplirse ciertas condiciones:

  1. Que el ciudadano haya presentado una solicitud formal ante el órgano competente.
  2. Que haya transcurrido el plazo legal sin resolución ni notificación.
  3. Que no exista una norma que excluya expresamente el silencio positivo o establezca otro régimen.

Por tanto, no todas las inacciones por parte de la Administración generan automáticamente un silencio administrativo favorable. Es fundamental conocer el procedimiento concreto, el tipo de solicitud y los plazos legales aplicables.

Tipos de silencio administrativo: positivo y negativo

El silencio administrativo puede tener efectos diferentes, dependiendo del procedimiento y del marco legal que lo regule. En esencia, existen dos tipos principales:

  1. Silencio administrativo positivo:
    Se produce cuando la ley presume que, ante la falta de respuesta de la Administración, la solicitud del ciudadano se considera estimada. Es decir, el silencio se interpreta como una respuesta favorable.
    Este tipo de silencio es la regla general cuando el procedimiento ha sido iniciado por el interesado y no afecta negativamente al interés público ni a terceros.
  2. Silencio administrativo negativo:
    Aquí, la falta de respuesta se interpreta como una desestimación de la solicitud. Es decir, se considera que la Administración ha decidido no aceptar lo solicitado, aunque no lo haya expresado por escrito.
    Este tipo de silencio se aplica en procedimientos donde la estimación por silencio podría generar efectos contrarios a la ley, como en sanciones, reclamaciones patrimoniales o ciertas materias tributarias.

En ambos casos, el silencio administrativo no impide recurrir, y abre la puerta a otras vías, como recursos o reclamaciones judiciales.

¿Qué efectos tiene el silencio administrativo en un procedimiento?

El efecto principal del silencio administrativo es convertir la inacción en una decisión legalmente válida, permitiendo que el ciudadano no quede indefinidamente en espera.

Cuando el silencio es positivo, tiene los mismos efectos que una resolución estimatoria por escrito. Esto quiere decir que el ciudadano puede actuar como si su solicitud hubiera sido aprobada y, si la Administración se niega a reconocerlo, puede exigir el cumplimiento por vía judicial.

Cuando el silencio es negativo, se considera que la solicitud ha sido denegada, lo que habilita al interesado para interponer los recursos correspondientes (administrativos o contencioso-administrativos), incluso sin necesidad de esperar a una respuesta oficial.

En ambos casos, el silencio administrativo activa plazos para recurrir, por lo que es importante tener claro cuándo comienza a contar ese silencio, para no perder derechos por desconocimiento.

Ejemplos prácticos de silencio administrativo

Para entender cómo funciona el silencio administrativo en la práctica, aquí tienes algunos ejemplos comunes:

  • Solicitud de licencia de obra menor en un ayuntamiento:
    Si transcurre el plazo legal (generalmente un mes) sin que el ayuntamiento responda, se entiende concedida por silencio positivo, salvo que la normativa urbanística diga lo contrario.
  • Recurso de alzada contra una multa de tráfico:
    Si el órgano competente no responde en tres meses, el recurso se considera desestimado por silencio negativo. Esto permite al interesado acudir a la vía judicial.
  • Solicitud de subvención o ayuda pública:
    Si la Administración no resuelve en el plazo establecido y la norma no impide el silencio positivo, se entenderá estimada.
  • Reclamación patrimonial al Estado por daños:
    En este caso, el silencio tiene efecto desestimatorio, porque está excluido el silencio positivo por ley.

Cada caso debe analizarse según su procedimiento concreto, plazos y normativa aplicable.

 

¿Qué puedes hacer si se aplica el silencio administrativo en tu caso?

Si la Administración no te ha respondido dentro del plazo legal, no te quedes esperando indefinidamente. Lo primero es identificar qué tipo de silencio aplica: positivo o negativo. Para ello, es clave revisar el procedimiento en cuestión y, si es necesario, consultar a un profesional.

En caso de silencio positivo, puedes solicitar que se reconozca formalmente tu derecho o iniciar acciones legales para que se ejecute lo concedido por silencio.

Si se trata de un silencio negativo, tienes derecho a presentar un recurso administrativo o acudir a la vía judicial, sin necesidad de esperar una resolución expresa.

En cualquier caso, actuar a tiempo es esencial. Los plazos para recurrir comienzan a contar desde el día siguiente al que finaliza el plazo máximo de respuesta. Por eso, si no sabes cómo interpretar tu caso o qué pasos dar, lo más recomendable es buscar asesoramiento legal cuanto antes.

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